La alergia es una respuesta exagerada (reacción de hipersensibilidad) del sistema defensivo (sistema inmunitario) del paciente frente sustancias inocuas (como pueden ser los pólenes de algunas plantas o los ácaros del polvo doméstico, …) habitualmente toleradas por la mayoría de las personas.
Esta respuesta inapropiada y equivocada, en lugar de ser beneficiosa, es claramente perjudicial para el paciente y produce una serie de alteraciones inflamatorias de la piel y mucosas, que originan los diferentes síntomas y signos de las enfermedades alérgica.
Las enfermedades alérgicas más frecuentes son:
- Alergia alimentaria. Los alimentos ingeridos son los alérgenos responsables de la reacción de hipersensibilidad. Las manifestaciones clínicas más frecuentes son picor o hinchazón de labios y boca. En ocasiones cursan con manifestaciones digestivas o cutáneas. Los casos más graves pueden producir anafilaxia. Los alimentos más implicados en la edad pediátrica son la leche de vaca y el huevo y en la edad adulta los frutos secos, frutas y crustáceos.
- Rinitis alérgica. Alergia más frecuente que afecta al 25-30% de la población de los países desarrollados. Afecta a la mucosa nasal y se caracteriza por producir estornudos, secreciones nasales , congestión, picor, lagrimeo y en algunas ocasiones la pérdida del sentido de olfato. Puede tratarse de rinitis aguda (de corta duración), o crónica (de larga duración). La rinitis se produce como una reacción del cuerpo a sustancias que no admite, identificándolas el sistema inmunológico como alérgenos dañinos.
- Urticaria. Se trata de una enfermedad cutánea que se manifiesta por la aparición de habones que suelen producir picores. Puede afectar a partes más profundas de la piel y aparecer hinchazones, siendo más frecuentes en párpados o labios. En ésos casos hablamos de angioedema. Pudiendo aparecer en pacientes simultáneamente la urticaria y el angioedema, y en otros, una u otra forma clínica por separado.